Espera y no banana.

ESPERA Y NO BANANA.

Quizá no se trataba del huevo ni de la gallina sino del simple trayecto que podíamos visualizar entre uno y otro.

El proceso de cosecha de las bananas se realiza mientras éstas aun se encuentran verdes.* Luego de un período de espera y cuidado el fruto alcanza su maduración**a partir de ese momento se encuentra apto para ser ingerido. ***

*Cosechar puede convertirse en un gran reto si tomamos en cuenta las dimensiones descomunales que puede llegar a tener la espesura.

**Esperar la maduración de los frutos ha de ser la mayor proeza. Se hace presente el tiempo en primer lugar como obstáculo infranqueable y con él la noción de nuestra temporalidad. Aparece el desafío de tener un bien al alcance de la mano y sin embargo deber postergarlo, volverlo artificiosamente distante sin descuidar nuestra posesión sobre él. Se manifiesta también imperiosamente ese antojo egocéntrico de imprimir el fruto virgen con el filtro de nuestras propias certezas o recelos.

***La maduración deviene vinculada en algunos casos de espera prolongada a una instancia de duelo o reacomodamiento a los nuevos hechos. El proceso ha terminado, el fruto se encuentra listo para nuestro preciado fin (vale aclarar que en oportunidades suele desdibujarse el fin primordial a esta altura de los acontecimientos). Por último, debe cerrarse correctamente el proceso con la ingesta del fruto.

Se recomienda no olvidar:

Quien tiene el don de elegir un fruto, extraerlo y verlo madurar entonces podrá nutrirse de él.

Este es el texto y la imagen que utilicé para una muestra realizada en junio de este año en el museo de arte moderno de Mendoza (mi primera individual) quería publicarlo porque creo que condensa muchos de mis pensamientos y me gusta como quedó la foto.